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CUENTOS Y LEYENDAS DE JULIACA

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JULIACA

HISTORIA Y GEOGRAFIA DE JULIACA

CHARLY Y SUS AMIGOS

CHARLY Y SUS AMIGOS

Sucedió en el sector de la rinconada, segunda etapa; un hecho inverosímil muy aparte de otros, con características paradójicas ; como la “procesión  de muchos fieles”,que suelen salir ,acercándose la media, noche cuando no hay moros en la costa , es decir cuando no hay gente transitando  en la hora “nona”;portando velas hasta su paso con dirección al cerro “pan de azúcar”;y por ese sitio se pierden o desaparecen misteriosamente; será quizás un “tapada”;vayamos a saberlo también nos hemos informado que en los sitios donde existen vertientes naturales se agua ,llamados “ojos de agua”;que los hay en varios sitios de la segunda y tercera etapas, de la rinconada; se ven cosas extrañas, se afirma que en estos lugares hay encantamientos, se advierten efectos extraños,  se dice también que hay cosas “pesadas” aseguran  que varias personas han visto a “entes”, no identificados  parados en la puertas; y en las gradas de estas, y luego misteriosamente desaparecen.
Pero el hecho que nos ocupa es insólito, un joven llamado “charly el gordo” un joven popular entrado en la madurez, cierto DIA estuvo en un compromiso; como ingirió bastantes bebidas espirituosas, recogió, aproximadamente alas  10 p.m.; y al hacer su paso por la plaza Bolognesi, reaproximo a la botillería “la cajita”

En este establecimiento converso con algunos beodos que estaban en malas condiciones etílicas: de pronto se le acercaron unos chicos  y lo llamaron por su nombre CHARLY, CHARLY…….vamos a tu casa; el accedió al requerimiento; uno de ellos le agarro la mano derecha y el otro la mano izquierda, y así cantando en grupo se encaminaron codirección ala rinconada.
Al paso por la calle Loreto, estaba se encontraba desolada no había ni alma, ni un solo mortal; no había vehículos; no había nadie; entonces el grupo formado  por enanos, según charly eran niños buenos; todos agarrados de la manos, al medio charly; cantando y bailando seguían su camino; justamente  en ese momento  era las 12 p.m., suelen ocurrir efectos inesperados.
Luego hicieron su paso por la plaza Grau; pasaron por la calle callao 1ra cuadra para luego volver ala calle  allende; siempre cantando y bailando, charly  siempre alegre y entusiasma por la grata compañía  de sus amiguitos, cantando a vos en cuello el estribillo “Ahijó, ahijó…… Ahijó, ahijó, nos vamos a  emborracharnos  vamos a emborrachar, ahijó, ahijó.
 En ese momento era aproximadamente la una o dos de la madrugada; el vecindario duerme placidamente; pues el cuerpo entra en reposo absoluto; como se dice el sueño es pesado; nadie despierta, por más ruido que se haga.
Charly sus amiguitos, siguen cantando y bailando, sin darse cuenta, que se encontraban en la puerta de la casa de charly, contrariado por al compañía de sus amigos de su pareja; no les dio ni la mas mínima importancia, soñolienta como estaba, se dio media vuelta y se metió a su cama, con la cara contra la pared; para no ver a los amigos de su pareja; estos seguían haciendo alboroto. Chascarro y bulla incesante, continuaban cantando y bailando  el estribillo… ahíjo ahíjo…
Por el tremendo alboroto, los vecinos, despertaron, se mortificaron en demasía; pues era las 3 de la madrugada, sesudamente convinieron, que mejor la llamada de atención fuese al DIA siguiente, y no en el momento para evitarse contra tiempos.
Mientras tanto, en el interior de la casa de nuestro común amigo charly, el y sus acompañantes, proseguían cantando y bailando; haciendo bulla y bochorno; era talla alegría  de charly, que no se percataba de quienes eran sus amiguitos, además el abúndate trago que tomo; estaba adormecido y no se daba cuenta quienes lo rodeaban.
El curso de la algarabía. Se produjo un pugilato, se dieron de lama, puñetazos, puntapiés; todos contra todos nuestro amigo salio con la peor parte, así y todos, les prodigo alojamiento, terminada la gresca; desarmo otra cama; colchón, frazadas, sabanas almohadas los puso en el suelo, y se acostó con los amigos; estos como eran tan pequeños, sin ninguna dificultad se acomodaron y tranquilamente durmieron.
Al despertarse charly, se encontró con la novedad que estaba totalmente ensangrentado, por la lucha sostenida con sus amigos; otra sorpresa, como era posible que todos sus amigos habían podido acostarse en una sola cama y otra confusión era, porque su esposa no sintió nada durmió profundamente con la cara la pared; en sus sueño, escuchaba las voces conocidas de sus amigos.
Recién cuando se despertó, ella se percato de la sangre embarrada en el rostro y ropa de charly; la cama en el suelo, perfectamente tendida, no daba señales de haber sido acopada.
Los vecinos no tuvieron la necesidad de llamar la atención a charly; pues estos de dieron cuenta de quienes eran los que armaron tremendo jaleo; nuestro amigo bohemio y su pareja, por deducción  y las evidencias bien claras, y después  de dialogar confidencialmente y en voz baja, también se dieron cuenta que los amigos acompañantes de los cantos, bailes, broncas y golpiza, no arana mas que “DUENTES TRAVIESOS “.
Desde entonces charly ya no se amanece, si se presenta la oportunidad de libar licor, ahora tiene mucho cuidado se recoge a su domicilio lo mas temprano posible. Los habitúes dedicados a las bebidas espirituosas deben seguir tan convincente y lósele ejemplo.

JULIACA CIUDAD DE LOS VIENTOS

JULIACA CIUDAD DE LOS VIENTOS

JULIACA

La ciudad de Juliaca se encuentra en el departamento de Puno y es una ciudad industrial. Tambièn conocido como la ciudad de los vientos y/o ciudad de las calceteras.

 

 

LOS FRAILES SIN CABEZA

LOS FRAILES SIN CABEZA

 Hace mucho tiempo, los habitantes del pueblo viejo caminaban y se reunían en la plaza Santa Catalina hoy plaza de armas de la ciudad de Juliaca. Los noctámbulos pasaban forzosamente por esta plaza, en las esquinas algunas personas conversaban en pequeños grupos sobre los últimos acontecimientos de creación de la provincia de San Román con su capital Juliaca.
n una de estas noches, un grupo de amigos que tenían por costumbre dialogar en las esquinas por varias horas, de pronto escucharon, un ruido de espanto, un chirrido áspero y fuerte que helaba hasta los huesos.
Los noctámbulos se pararon contra la pared para percatarse de lo que sucedía y de dónde procedía el espantoso ruido; paulatinamente se les iba apoderando el temor y el susto natural, les iba invadiendo el temor corporal, involuntariamente se movían sus cuerpos, comenzaron a palidecer y los latidos del corazón fueron en aumento; el alumbrado deficiente no facilitaba la visión, el cielo encapotado era otro obstáculo.

 De pronto se despejaron las nubes y dejaron un claro en el cielo, la luna llena, alumbró a todo el pueblo viejo. Fue el momento en que las personas confundidas y miedosas, vieron con asombro y con el aliento contenido como se abría lentamente la puerta grande del templo, siempre acompañado con el ruido fuerte que crepitaba.
Pasaron unos momentos cruciales, que parecían una eternidad; en el interior primeramente se vio el humo denso del incienso que salía al exterior, trascurrieron unos minutos, y aparecieron las figuras inconfundibles de los clérigos, una veintena de ellos en columnas de dos con la capucha puesta; con paso lento, muy lento se dirigían al atrio del templo, se paraban por breves momentos, luego procedían con su caminata procesional, pasaron lentamente la calle Salaverry, para luego llegar a la plaza, el viento incesante silbaba y en otros momentos el viento pareciera que lloraba, semejante a las voces de espíritus, acompañados de aullidos de los perros malolientes y vagos.

La columna de frailes, continuaron su paso procesional, los trasnochadores no salían de su asombro, porque los cuerpos de los frailes aparentemente estaban configurados normalmente, pero las capuchas negras no abrigaban rostros ni cabezas.
A la altura de la antigua pileta de fierro que existía en el centro de la plaza, los nocherniegos se restregaban los ojos y atónitos se percataron que los frailes no tenían cabezas.
El viento seguía con sus silbidos raros, a veces el murmullo del viento parecían quejidos, también se escuchaba el bisbiseo de los rezos casi ininteligibles, con voces roncas y entrecortadas; el grupo religioso en columna de dos se acercaba lentamente al colegio San Román, los trasnochadores fueron testigos y vieron como la puerta del colegio se abría lenta y misteriosamente.
Los frailes siempre en columna de dos se introdujeron pausadamente, rezando guturalmente y en igual forma la puerta se cerraba automáticamente, sin que ningún mortal lo hiciese.

Recuperados del susto, las personas que presenciaron todo lo acontecido en la plaza Santa Catalina, percibían en el ambiente una bruma desacostumbrada, con olor penetrante de incienso y sahumerios, acompañado del viento que parecía quejidos, con silbidos nunca antes escuchados, estos se persignaron y rezaron en voz baja.Alguien dijo, esta visión de los frailes sin cabeza, es una señal de progreso para Juliaca, pero antes del progreso acontecerían protestas, luchas y muerte, mucha pena y sufrimientos y el pueblo en su conjunto se levantaría con los brazos en a alto.

 

 

LOS FRAILES SIN CABEZA
Hace mucho tiempo, los habitantes del pueblo viejo caminaban y se reunían en la plaza Santa Catalina hoy plaza de armas de la ciudad de Juliaca. Los noctámbulos pasaban forzosamente por esta plaza, en las esquinas algunas personas conversaban en pequeños grupos sobre los últimos acontecimientos de creación de la provincia de San Román con su capital Juliaca.
n una de estas noches, un grupo de amigos que tenían por costumbre dialogar en las esquinas por varias horas, de pronto escucharon, un ruido de espanto, un chirrido áspero y fuerte que helaba hasta los huesos.
Los noctámbulos se pararon contra la pared para percatarse de lo que sucedía y de dónde procedía el espantoso ruido; paulatinamente se les iba apoderando el temor y el susto natural, les iba invadiendo el temor corporal, involuntariamente se movían sus cuerpos, comenzaron a palidecer y los latidos del corazón fueron en aumento; el alumbrado deficiente no facilitaba la visión, el cielo encapotado era otro obstáculo.
 De pronto se despejaron las nubes y dejaron un claro en el cielo, la luna llena, alumbró a todo el pueblo viejo. Fue el momento en que las personas confundidas y miedosas, vieron con asombro y con el aliento contenido como se abría lentamente la puerta grande del templo, siempre acompañado con el ruido fuerte que crepitaba.
Pasaron unos momentos cruciales, que parecían una eternidad; en el interior primeramente se vio el humo denso del incienso que salía al exterior, trascurrieron unos minutos, y aparecieron las figuras inconfundibles de los clérigos, una veintena de ellos en columnas de dos con la capucha puesta; con paso lento, muy lento se dirigían al atrio del templo, se paraban por breves momentos, luego procedían con su caminata procesional, pasaron lentamente la calle Salaverry, para luego llegar a la plaza, el viento incesante silbaba y en otros momentos el viento pareciera que lloraba, semejante a las voces de espíritus, acompañados de aullidos de los perros malolientes y vagos.
La columna de frailes, continuaron su paso procesional, los trasnochadores no salían de su asombro, porque los cuerpos de los frailes aparentemente estaban configurados normalmente, pero las capuchas negras no abrigaban rostros ni cabezas.
A la altura de la antigua pileta de fierro que existía en el centro de la plaza, los nocherniegos se restregaban los ojos y atónitos se percataron que los frailes no tenían cabezas.
El viento seguía con sus silbidos raros, a veces el murmullo del viento parecían quejidos, también se escuchaba el bisbiseo de los rezos casi ininteligibles, con voces roncas y entrecortadas; el grupo religioso en columna de dos se acercaba lentamente al colegio San Román, los trasnochadores fueron testigos y vieron como la puerta del colegio se abría lenta y misteriosamente.
Los frailes siempre en columna de dos se introdujeron pausadamente, rezando guturalmente y en igual forma la puerta se cerraba automáticamente, sin que ningún mortal lo hiciese.
 
 
 
Recuperados del susto, las personas que presenciaron todo lo acontecido en la plaza Santa Catalina, percibían en el ambiente una bruma desacostumbrada, con olor penetrante de incienso y sahumerios, acompañado del viento que parecía quejidos, con silbidos nunca antes escuchados, estos se persignaron y rezaron en voz baja.Alguien dijo, esta visión de los frailes sin cabeza, es una señal de progreso para Juliaca, pero antes del progreso acontecerían protestas, luchas y muerte, mucha pena y sufrimientos y el pueblo en su conjunto se levantaría con los brazos en a alto.